La 30ª Conferencia de las Partes (COP30) evidencia desafíos críticos en la infraestructura ambiental de Brasil, reflejándose directamente en las prioridades nacionales relacionadas con las cuestiones ambientales. El país enfrenta obstáculos significativos en áreas esenciales para el logro de las metas climáticas y para la implementación de políticas sostenibles, conforme previsto en las legislaciones ambientales vigentes.
Brasil presenta limitaciones estructurales que comprometen el manejo adecuado de residuos sólidos, saneamiento básico, recolección y tratamiento de residuos industriales y electrónicos. De acuerdo con el Sistema Nacional de Información sobre la Gestión de Residuos Sólidos (SINIR) ((sinir.gov.br)), la ausencia de sistemas integrados de logística inversa y la insuficiencia en la infraestructura para la recolección adecuada de residuos electrónicos representan obstáculos para la gobernanza ambiental.
La insuficiencia de la infraestructura es especialmente preocupante en lo que respecta a la gestión de equipos electrónicos descartados. La fragilidad de los sistemas nacionales dificulta el cumplimiento de la Política Nacional de Residuos Sólidos (Ley nº 12.305/2010), que determina la responsabilidad compartida por el ciclo de vida de los productos, incluyendo la recolección y el correcto tratamiento de estos residuos. Para mitigar riesgos ambientales y garantizar la seguridad de la información, se recomienda el uso de servicios especializados en el descarte seguro de equipos informáticos, como la sanitización de discos duros, disponible conforme al programa de sanitización segura.
Ante estos desafíos, queda claro que las prioridades ambientales del país deben centrarse en la expansión y modernización de la infraestructura para la gestión de residuos, especialmente los electrónicos. Además, existe la necesidad de políticas públicas que integren la capacitación técnica, el fomento a la investigación y el desarrollo tecnológico para ampliar la recuperación y el reciclaje de materiales como cables y alambres, tema tratado en el ámbito de la COP30.
El compromiso brasileño con los acuerdos internacionales sobre cambios climáticos exigirá el fortalecimiento de las estructuras regulatorias y operativas, impulsando el cumplimiento de normas como las establecidas por el Consejo Nacional del Medio Ambiente (CONAMA) y por la Política Nacional de Residuos Sólidos. La adopción de mejores prácticas de descarte electrónico, como la programación para la recolección eficiente de equipos obsoletos (recolección especializada de electrónicos), será fundamental para reducir impactos ambientales negativos y garantizar la sostenibilidad del sector.
La COP30 reafirma que la crisis de infraestructura ambiental en Brasil requiere una urgente reevaluación de las prioridades, con énfasis en el fortalecimiento de las capacidades técnicas y estructurales para el manejo de residuos sólidos, saneamiento y residuos electrónicos. La alineación con compromisos legales y la adopción de soluciones tecnológicas especializadas son pasos esenciales para asegurar un desarrollo sostenible coherente con las metas ambientales nacionales e internacionales.
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