La Conferencia de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático (COP30) sacó a la luz la importancia del cumplimiento ambiental en la gestión de residuos electrónicos. El avance tecnológico combinado con la eliminación inadecuada genera impactos significativos en la sostenibilidad ambiental y la seguridad de los datos.
Brasil cuenta con marcos regulatorios sólidos para la gestión de residuos electrónicos, como la Política Nacional de Residuos Sólidos (Ley n.º 12.305/2010). Sin embargo, su implementación ha enfrentado desafíos relacionados con el cumplimiento y la integración entre las agencias ambientales y los sectores responsables de la generación de los residuos.
Además, el cumplimiento de normas específicas de seguridad de la información, como la Ley General de Protección de Datos Personales (Ley N ° 13.709/2018), impone requisitos estrictos en el manejo de medios electrónicos, especialmente en lo que se refiere a la destrucción segura de datos.
Uno de los aspectos críticos en el cumplimiento ambiental es el desarrollo y operacionalización de la logística inversa, especialmente para la recolección de residuos electrónicos. El Sistema Nacional de Información de Gestión de Residuos Sólidos (SINIR) regula y monitorea los procesos para garantizar la disposición adecuada de estos materiales.
Para facilitar la disposición segura, se recomienda utilizar servicios autorizados para recogida de residuos electrónicos, garantizando el cumplimiento de los requisitos legales ambientales y de seguridad.
Otro punto crucial es la destrucción segura de los datos, especialmente cuando se desechan discos duros y otros soportes digitales. Según las directrices legales, una higienización eficaz garantiza que la información sensible no se recupere tras su eliminación.
Se recomienda contratar servicios especializados para eliminación segura de discos duros y soportes electrónicos, garantizando el cumplimiento de la legislación vigente y mitigando los riesgos legales.
La COP30 reforzó la necesidad de una actuación integrada entre los sectores medioambiental, tecnológico, jurídico y de contratación para alinear las políticas de cumplimiento. El seguimiento continuo de las acciones relacionadas con la gestión de los residuos electrónicos es indispensable para evitar sanciones administrativas y minimizar los impactos ambientales.
Organismos como CETESB y plataformas oficiales como SINIR contribuyen al seguimiento y transparencia de los datos relativos a la eliminación de residuos.
El debate sobre los retos de cumplimiento de la normativa en materia de residuos electrónicos en la COP30 pone de manifiesto la urgencia de una alineación normativa, operativa y estratégica para la gestión sostenible de estos residuos, garantizando la protección del medio ambiente y la seguridad de la información.
Los residuos electrónicos son una amenaza para la salud humana y el medio ambiente.
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