La generación Z está transformando el consumo electrónico centrándose en la sostenibilidad. Este movimiento está impulsando prácticas responsables como la eliminación adecuada, el reciclaje y el nuevo registro de los dispositivos, en línea con la legislación vigente, garantizando un futuro sostenible para los residuos electrónicos.
La Generación Z, formada por individuos nacidos entre mediados de la década de 1990 y principios de la de 2010, tiene una mayor conciencia medioambiental y una actitud crítica hacia el consumo desenfrenado. Con acceso predominante a las tecnologías digitales, estos jóvenes influyen directamente en las tendencias de consumo, buscando soluciones electrónicas que consideren la sostenibilidad y la responsabilidad ambiental desde la fabricación hasta la eliminación.
En Brasil, el desafío del consumo electrónico sostenible está respaldado por una legislación específica que orienta la gestión y eliminación de residuos electrónicos. El Decreto nº 10.086/2019 reglamenta la Política Nacional de Residuos Sólidos, instituida por la Ley nº 12.305/2010, estableciendo directrices para la logística inversa y la correcta recolección de estos residuos.
Además, el Sistema Nacional de Información de Gestión de Residuos Sólidos (SINIR) - https://sinir.gov.br/ - es una plataforma oficial que promueve la transparencia y el seguimiento de la gestión sostenible de los residuos, entre ellos los electrónicos, ayudando a los consumidores y a los sectores decisores a seguir las prácticas recomendadas.
El consumo sostenible de productos electrónicos implica no sólo hacer una elección consciente en el momento de la compra, sino también implementar mecanismos seguros para su eliminación. Para ello, la correcta eliminación en puntos autorizados es una parte esencial del proceso, siendo posible realizar un calendario de recogida de residuos electrónicos, garantizando una cadena logística eficiente y responsable.
Cuando se trata de la seguridad de la información, especialmente en la eliminación de soportes digitales como discos duros, la la higienización segura de estos dispositivos debe practicarse para proteger los datos sensibles y evitar riesgos para la privacidad, en línea con las normas técnicas recomendadas.
La adopción de prácticas sostenibles en el consumo electrónico contribuye a reducir el impacto ambiental de la extracción de materias primas, la reducción de la generación de residuos y la mitigación de la contaminación, tal y como señalan los estudios técnicos y el seguimiento de CETESB. Al mismo tiempo, fomenta una economía circular, incentivando la reutilización, el reciclaje y el reciclado efectivo de componentes.
Los decisores de las áreas ESG, EHS, compras, tecnología y legal juegan un papel fundamental en la incorporación e impulso de prácticas sostenibles, alineando las políticas internas con los estándares y certificaciones ambientales vigentes. De esta forma, orientan los procesos de compra, gestión y descarte que respetan el ciclo de vida de los productos y refuerzan la responsabilidad ambiental.
Por lo tanto, la generación Z está impulsando la transformación del consumo electrónico al exigir mayor transparencia, responsabilidad e innovación, aspectos esenciales para la sostenibilidad del sector y para cumplir con los requisitos legales brasileños.
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