El teléfono móvil, desde su creación, revolucionó la comunicación global, alterando hábitos sociales y económicos. Sin embargo, su desarrollo y desecho presentan desafíos significativos desde el punto de vista ambiental y de sostenibilidad, especialmente en contextos corporativos que demandan atención a la conformidad legal y prácticas EHS (Environment, Health and Safety).
El primer teléfono móvil fue creado en 1973 por Motorola, el modelo DynaTAC 8000X, conocido por su peso y autonomía limitada. Ya la década de 1990 trajo modelos más accesibles, expandiendo la base de usuarios. En 2007, el lanzamiento del iPhone revolucionó la interfaz, estimulando un consumo masivo y frecuente actualización tecnológica.
Los dispositivos móviles están compuestos por metales raros, como litio, cobalto y tierras raras, además de plástico y vidrio. El proceso de minería de estos elementos genera impactos socioambientales relevantes. Según la Ley nº 12.305/2010 (Política Nacional de Residuos Sólidos), la gestión adecuada de los residuos electrónicos es obligatoria en Brasil, debiendo contemplar la logística inversa.
Durante la fabricación, se observan altos índices de consumo energético y emisiones de gases de efecto invernadero. La alta rotación de los modelos debido al avance tecnológico intensifica el desecho de aparatos. La descomposición inadecuada de estos teléfonos puede liberar sustancias tóxicas en suelos y cuerpos de agua, caracterizando un impacto ambiental negativo continuo.
Normativas brasileñas, como la Resolución CONAMA nº 401/2008, delinean procedimientos para el manejo correcto de residuos electrónicos, incluyendo teléfonos móviles. Se aborda la obligatoriedad de la logística inversa y se incentiva el reciclaje y la reutilización, minimizando la extracción de recursos naturales y la contaminación.
Para el desecho correcto, la recolección de basura electrónica debe ser realizada preferentemente por entidades autorizadas, garantizando la disposición ambientalmente adecuada. Empresas e instituciones pueden acceder al servicio de recolección de basura electrónica para evitar pasivos ambientales y fiscales.
Además del reciclaje, la destrucción segura de datos en dispositivos móviles, como discos duros y medios, es un criterio esencial para la protección de información confidencial. La legislación se basa en las directrices de seguridad de la información y privacidad. La sanitización adecuada puede realizarse mediante procesos autorizados, disponibles para agendamiento en desecho seguro de datos en dispositivos electrónicos.
El uso de los teléfonos móviles es inseparable del mundo moderno, sin embargo, es imprescindible que los sectores responsables de la sostenibilidad y responsabilidad de la tecnología en el entorno corporativo adopten medidas de gestión de residuos, conforme a la legislación vigente. La recolección y sanitización seguras, aliadas a la concienciación, son pasos fundamentales para mitigar los impactos ambientales y proteger datos sensibles.
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