La eliminación inadecuada de tecnologías obsoletas representa un desafío significativo para la gestión ambiental y la salud pública. Los componentes electrónicos desechados pueden contener sustancias peligrosas, contaminando el suelo y el agua, además de generar riesgos para la seguridad de los datos relacionados con dispositivos de almacenamiento. Este artículo aborda los principales riesgos ambientales asociados a estos residuos y destaca las mejores prácticas para su eliminación segura y eficiente.
Las tecnologías antiguas frecuentemente contienen metales pesados como plomo, mercurio, cadmio y cromo hexavalente, además de retardantes de llama bromados y otros compuestos tóxicos. Cuando estos materiales son desechados sin el tratamiento adecuado, la liberación de estas sustancias puede provocar la contaminación del nivel freático, suelo y atmósfera, afectando ecosistemas y la salud humana. Conforme a la Política Nacional de Residuos Sólidos (Ley nº 12.305/2010), la responsabilidad por la gestión adecuada de estos residuos es compartida entre generadores y organismos públicos.
La Política Nacional de Residuos Sólidos establece directrices para la gestión integrada y ecológicamente adecuada de estos residuos, incluyendo la logística inversa. Además, la Norma Técnica ABNT NBR 16414 define procedimientos para la recolección y reciclaje de residuos electroelectrónicos. El Sistema Nacional de Información sobre la Gestión de Residuos Sólidos (SINIR) también ofrece orientaciones para el planeamiento y control de los residuos.
Para minimizar impactos ambientales y riesgos de seguridad, se recomienda implementar protocolos específicos para la eliminación y tratamiento de estos materiales:
Conforme al art. 33 de la Ley nº 12.305/2010, la implementación de la logística inversa asegura que fabricantes, importadores, comerciantes y consumidores participen activamente del retorno de los residuos tecnológicos al ciclo productivo o a la disposición final ambientalmente adecuada, promoviendo la reducción del impacto ambiental.
La gestión ambientalmente responsable de los residuos provenientes de tecnologías obsoletas es indispensable para mitigar riesgos a la salud y al medio ambiente. La adopción de mejores prácticas de eliminación, alineadas a la legislación y a la logística inversa, posibilita un mayor control sobre estos residuos y fomenta la economía circular. Utilizar servicios especializados para recolección y saneamiento seguro contribuye significativamente a la conformidad legal y a la protección ambiental.
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