El descarte adecuado de transformadores al final de su vida útil debe cumplir con la legislación ambiental vigente en Brasil. La Resolución CONAMA 401/2008 establece criterios para la gestión de residuos peligrosos, incluyendo aquellos que contienen componentes como PCBs (bifenilos policlorados). Además, la Política Nacional de Residuos Sólidos (Ley nº 12.305/2010) estipula que los generadores son responsables de la correcta gestión de estos materiales, priorizando la minimización, la reutilización y el tratamiento ambientalmente adecuado.
Los transformadores fuera de uso suelen contener aceite aislante que puede contener PCB, sustancias altamente tóxicas y persistentes en el medio ambiente. La exposición inadecuada a estos componentes puede provocar la contaminación del suelo y del agua, afectando a los ecosistemas y a la salud pública. Por lo tanto, es esencial que estos residuos sean manipulados y eliminados por entidades autorizadas, evitando la eliminación irregular que contraviene la legislación ambiental, según lo indicado por la Agencia Nacional de Vigilancia Sanitaria (ANVISA) y el Instituto Brasileño de Medio Ambiente y Recursos Naturales Renovables (IBAMA).
Para garantizar el descarte seguro, primero se deben identificar los componentes peligrosos presentes, especialmente los PCB, de acuerdo con Ley nº 12.796/2013, que regula la gestión de estas sustancias. El aceite aislante debe ser retirado y enviado para tratamiento o disposición final específica, obligatoriamente por empresas o unidades licenciadas. La estructura metálica de los transformadores puede ser reciclada tras una adecuada descontaminación. Se recomienda contactar recolectores especializados para programar la recolección selectiva, de acuerdo con el esquema disponible a través del sistema electrónico de recolección de residuos en https://ecobraz.org/pt_BR/eletronicos programación.
La manipulación de transformadores en desuso requiere el cumplimiento de normas de seguridad para evitar riesgos químicos y físicos. La NR 15 del Ministerio de Trabajo define los límites de exposición a agentes nocivos, y la NBR IEC 60076 regula los aspectos técnicos de equipos eléctricos como los transformadores. Los equipos de protección individual (EPI) son esenciales para los trabajadores que intervienen en el proceso. La correcta higienización y descontaminación de las piezas que contienen sustancias tóxicas son obligatorias para garantizar la protección total.
Después de la descontaminación, los componentes metálicos pueden ser enviados a procesos de reciclaje, reduciendo la extracción de materias primas y los impactos ambientales. De acuerdo con la Política Nacional de Residuos Sólidos, se debe adoptar la logística inversa, garantizando que los transformadores y sus residuos sean tratados responsablemente. Si contienen partes electrónicas, éstas deben ser recolectadas y dispuestas por medio del cronograma disponible en https://ecobraz.org/pt_BR/eletronicos cronograma, promoviendo el tratamiento adecuado.
En los casos en que los transformadores estén asociados a controles digitales o registros en medios electrónicos, es necesaria la higienización segura de estos dispositivos para evitar la fuga de informaciones sensibles. Para ello, se recomienda un servicio especializado que lleve a cabo la destrucción o borrado seguro de los datos, según los procedimientos que se encuentran en https://ecobraz.org/pt_BR/sanitizacao-de-hd eletronicos agendamento.
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