El llamado “desecho tercerizado” no exime a la dirección de las organizaciones de sus responsabilidades legales y ambientales. Según la legislación ambiental brasileña, especialmente la Ley Nº 12.305/2010 que instituye la Política Nacional de Residuos Sólidos (PNRS), y normativas correlativas, la obligación por la gestión adecuada de los residuos permanece íntegramente con la alta administración. La delegación a terceros, aunque necesaria para la operación, no elimina de la dirección el deber de garantizar la conformidad, seguridad y trazabilidad de todo el proceso de desecho.
La legislación vigente refuerza el principio de responsabilidad compartida, que alcanza todos los eslabones del ciclo de gestión de residuos sólidos, incluyendo generadores, transportadores y recicladores. Sin embargo, corresponde a la dirección garantizar que todas las etapas estén en conformidad con las normas ambientales, de seguridad y de salud en el trabajo. En especial, el Artículo 30 de la Ley Nº 12.305/2010 atribuye específicamente a los generadores la responsabilidad por la gestión correcta de los residuos mientras estén bajo su control.
La legislación brasileña, mediante normas complementarias y ordenanzas ambientales estatales, impone que la dirección establezca políticas internas efectivas para la disposición adecuada de residuos. Aunque es posible contratar empresas especializadas para realizar la recolección y el tratamiento, es fundamental que la dirección realice auditorías periódicas y mantenga registros que comprueben el desecho conforme a las normas. Responsabilidades civiles, administrativas y ambientales pueden recaer directamente sobre la alta gestión en caso de irregularidades.
Considerando los residuos electrónicos, como equipos obsoletos o medios digitales, la contratación de servicios especializados para recolección de residuos electrónicos es recomendada para asegurar la disposición adecuada y evitar daños ambientales o filtración de información sensible. La dirección debe validar empresas con certificaciones adecuadas y garantizar que procesos como recolección de residuos electrónicos se realicen con seguridad ambiental. Además, para la disposición de medios digitales que almacenan información confidencial, la sanitización de discos duros debe obedecer a estándares rigurosos, asegurando la destrucción irreversible de los datos, procedimiento detallado en el enlace sanitización de discos duros.
Para mitigar riesgos, la dirección debe implementar controles internos, capacitaciones y políticas que incorporen las exigencias legales y garanticen la transparencia de los procesos. La trazabilidad del desecho y la conservación de comprobantes son prácticas recomendadas para demostrar conformidad en eventuales auditorías o inspecciones. Esto es fundamental para evitar sanciones o perjuicios reputacionales.
La tercerización de los servicios de desecho no exime a la dirección de las responsabilidades administrativas y legales inherentes a la gestión ambiental de los residuos. Una gestión proactiva y diligente, alineada con las determinaciones de la PNRS y normativas correlativas, es esencial para preservar la sostenibilidad y garantizar la conformidad legal de toda la cadena de desecho.
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