La eliminación inadecuada de equipos electrónicos puede generar pasivos ambientales ocultos de difícil identificación y control, conlleva riesgos legales y ambientales significativos. Para mitigarlos, es fundamental comprender la legislación vigente, aplicar prácticas de gestión responsables y asegurar la trazabilidad de los residuos electrónicos.
De acuerdo con la Ley nº 12.305/2010, que instituye la Política Nacional de Residuos Sólidos (PNRS), el generador de residuos electrónicos tiene responsabilidad compartida por el ciclo de vida de los dispositivos desechados, incluyendo la responsabilidad de enviar estos residuos para una disposición ambientalmente adecuada.
La norma destaca la necesidad de implementar sistemas de logística inversa, que obligan a los generadores a enviar los equipos electrónicos para reciclaje y tratamiento conforme a los criterios establecidos por los órganos ambientales.
Los pasivos ambientales ocultos relacionados con la eliminación electrónica generalmente están vinculados a residuos tóxicos, como metales pesados (plomo, mercurio, cadmio) y sustancias peligrosas contenidas en placas, baterías y componentes electrónicos. Cuando son desechados de forma incorrecta, estos materiales pueden contaminar el suelo, acuíferos y provocar daños a la salud humana.
La ausencia de documentación adecuada y de rastreo del desecho puede dificultar la identificación y el control de estos pasivos.
Para evitar la formación de pasivos ambientales ocultos, se recomienda:
El monitoreo continuo de las prácticas de eliminación electrónica es esencial para la prevención de pasivos ocultos. Auditorías periódicas y análisis ambientales, alineados a las normas de la CETESB y demás órganos ambientales, contribuyen a identificar incumplimientos y garantizar la mejora continua de los procesos.
Además, se recomienda la integración de estas acciones al sistema de gestión ambiental institucional, ampliando el control interno y la conformidad legal.
Evitar pasivos ambientales ocultos en la eliminación de equipos electrónicos requiere atención a la legislación, contratación de socios calificados, implementación de procesos robustos de gestión de residuos y uso de tecnologías para la sanitización segura de medios. La adopción de estas prácticas asegura la mitigación de los impactos ambientales y reduce los riesgos jurídicos involucrados.
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