Antes de iniciar el desmantelamiento de una línea de producción, es fundamental observar rigurosamente la legislación ambiental y laboral vigente. Las normas federales, como la Ley 12.305/2010, que establece la Política Nacional de Residuos Sólidos (PNRS), establecen obligaciones para el manejo adecuado de los residuos derivados de la actividad industrial. El cumplimiento de estas normas evita sanciones y contribuye a la sostenibilidad operacional.
El desmontaje requiere una planificación crítica, con foco en la seguridad de los empleados y en la mitigación de riesgos. Deben analizarse los riesgos específicos e implantarse procedimientos técnicos para el desmantelamiento de equipos pesados y eléctricos, en cumplimiento de las normas NR-12, que tratan de la seguridad en el trabajo con maquinaria y equipos.
La correcta eliminación de residuos industriales, componentes eléctricos y electrónicos y otros materiales es esencial para evitar la contaminación ambiental. Para los residuos electrónicos, se recomienda utilizar servicios certificados de recogida de residuos electrónicos, garantizando el cumplimiento del PNRS y minimizando el impacto ambiental.
Los soportes de almacenamiento, como discos duros y otros dispositivos, deben ser tratados con especial atención. La higienización segura de estos soportes es esencial para la protección de datos y la privacidad, y se recomienda utilizar procesos certificados para eliminación segura de discos duros y soportes.
Antes del desmantelamiento, es esencial trazar el trazado de la línea, identificar los puntos críticos de energía y los sistemas integrados para evitar daños en equipos e infraestructuras. La empresa debe contar con profesionales capacitados y herramientas adecuadas, garantizando procedimientos eficientes y técnicamente conformes.
La gestión de residuos debe tener en cuenta la segregación, embalaje y transporte seguros, respetando lo dispuesto en la Resolución CONAMA 358/2005 sobre gestión de residuos industriales. Además, la planificación debe tener en cuenta el impacto ambiental durante el proceso, con vistas a minimizar las emisiones y los residuos.
Registrar todas las fases del proceso es una buena práctica. Esto incluye un inventario de los equipos desmantelados, certificados de eliminación, informes técnicos y pruebas del destino final, que son necesarios para las auditorías y pruebas de conformidad con los organismos de inspección, tal como exige la legislación aplicable.
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