 
                Cuando hablamos de activos en el contexto más allá de la Tecnología de la Información (TI), es esencial entender que el alcance se amplía considerablemente. Además de los ordenadores, servidores y equipos digitales, entran en el radar otros activos como el mobiliario, los nobreaks y los sistemas de audio y vídeo (AV), que son esenciales para el funcionamiento y la organización del entorno laboral o institucional.
El mobiliario es un componente clave, a menudo subestimado, pero esencial para la productividad y el bienestar. Esto incluye sillas ergonómicas, mesas, armarios, estanterías y muebles planificados que acomodan equipos tecnológicos y documentos importantes. La calidad y el mantenimiento de estos activos tienen un impacto directo en la rutina operativa.
Los interruptores son dispositivos que proporcionan energía temporal en caso de fallo eléctrico, protegiendo los equipos electrónicos de apagones bruscos y variaciones de tensión. Son cruciales para mantener la integridad de los sistemas críticos y garantizar la continuidad del funcionamiento hasta que se restablezca la alimentación o sea posible un apagado controlado.
Los equipos AV incluyen proyectores, pantallas, sistemas de sonido, micrófonos y monitores, que facilitan la comunicación, la formación y las presentaciones dentro del entorno. Estos activos requieren cuidados específicos y mantenimiento periódico para asegurar su funcionalidad y longevidad, y son parte importante de la dinámica institucional.
Además de los mencionados, otros activos no vinculados directamente a TI incluyen sistemas de climatización, iluminación inteligente, equipos de seguridad como cámaras y alarmas, así como herramientas y utensilios que apoyan las operaciones diarias. Todos estos elementos conforman un entorno integrado y eficiente.
La gestión de estos activos de forma integrada se traduce en un mayor control, una reducción de costes y una mejora de la eficiencia operativa. El mantenimiento preventivo y un inventario actualizado son estrategias indispensables para minimizar las averías y alargar la vida útil de los equipos. Además, la correcta eliminación de los activos obsoletos o dañados es una práctica responsable y sostenible.
El alcance de los activos va mucho más allá de los elementos informáticos tradicionales. Incorporar mobiliario, SAIs, equipos audiovisuales y otros recursos a la planificación y gestión garantiza un entorno más funcional, seguro y preparado para las exigencias actuales. Comprender y valorar todos estos componentes es clave para optimizar las operaciones y promover la sostenibilidad.
El alcance de los activos va mucho más allá de los elementos de TI tradicionales.
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