La COP30 destaca la importancia estratégica de los materiales críticos, especialmente los metales presentes en los residuos electrónicos, para la economía global y la sostenibilidad. La gestión adecuada de estos residuos electrónicos es vital para la recuperación responsable de estos recursos y para el cumplimiento de las metas ambientales establecidas en Brasil, reforzando la necesidad de cumplir con la Política Nacional de Residuos Sólidos.
La 30ª Conferencia de las Partes de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP30) refuerza la agenda ambiental global, haciendo hincapié en el uso sostenible de los recursos minerales estratégicos. Los metales raros y críticos, ampliamente utilizados en dispositivos electrónicos, son fundamentales para la transición energética y las transformaciones tecnológicas, pero presentan retos de escasez e impacto ambiental, que requieren formulaciones políticas integradas.
Los dispositivos electrónicos desechados contienen metales valiosos como litio, cobalto, níquel, cobre y tierras raras, cuya extracción tiene un alto impacto ambiental. La gestión inadecuada de los residuos electrónicos provoca la degradación del suelo, la contaminación de las aguas subterráneas y riesgos para la salud pública. La recuperación de estos metales es fundamental para garantizar una cadena de suministro sostenible y contribuir a los objetivos climáticos globales.
Brasil cuenta con un marco normativo que regula la gestión sostenible de los residuos electrónicos, en concreto la Ley 12.305/2010, que establece la Política Nacional de Residuos Sólidos (PNRS), estableciendo responsabilidades compartidas para fabricantes, distribuidores, comerciantes y consumidores. Para detalles técnicos, la norma aborda la gestión, recolección y eliminación ambientalmente adecuada de los residuos electrónicos.
Las prácticas de recolección de residuos electrónicos son esenciales para garantizar la recuperación de metales valiosos sin causar impacto ambiental. La eliminación adecuada de los residuos electrónicos permite ampliar la economía circular, reducir la extracción de minerales y mitigar las emisiones de carbono, en consonancia con los objetivos nacionales y mundiales de sostenibilidad. La promoción de infraestructuras de reciclaje y prácticas de cadena inversa son pilares de esta estrategia.
Considerando la gran cantidad de datos sensibles almacenados en dispositivos electrónicos, la desinfección segura de soportes es fundamental para proteger la información y el cumplimiento normativo. Técnicas certificadas de destrucción física y electrónica garantizan la eliminación de los datos, minimizando los riesgos legales y cibernéticos asociados a la eliminación de los equipos.
La COP30 orienta los esfuerzos para promover la circularidad en las cadenas de suministro de minerales, con énfasis en las acciones que involucran la reutilización de materiales provenientes de la basura electrónica. Brasil, a través de compromisos internacionales y legislación interna, se orienta hacia la implementación de políticas aún más estrictas para la gestión de residuos electrónicos, con miras a la sostenibilidad y la innovación tecnológica.
Cabe destacar que los grupos de toma de decisiones en áreas como ESG, EHS, adquisiciones, tecnología de la información y legal deben alinearse con las directrices emergentes para garantizar una gobernanza eficiente de los recursos críticos y la sostenibilidad de las operaciones.
Por lo tanto, la COP30 es una oportunidad para que los países se comprometan con el desarrollo sostenible.
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