La retirada programada de equipos médicos inactivos es una práctica esencial para garantizar el cumplimiento de la normativa vigente, la seguridad de los datos almacenados y la sostenibilidad ambiental. Este proceso implica una planificación rigurosa, evaluación técnica, logística adecuada y eliminación correcta de los dispositivos, de acuerdo con la legislación federal brasileña.
De acuerdo con la Resolución RDC nº 56/2015 de la Anvisa, los equipos médicos utilizados para diagnóstico y tratamiento deben someterse a mantenimiento, calibración y también a la eliminación correcta cuando están inactivos. Además, la Ley 12.305/2010, que establece la Política Nacional de Residuos Sólidos, estipula que la eliminación y el tratamiento de los residuos de estos equipos deben realizarse de forma ambientalmente adecuada.
Los equipos inactivos pueden contener componentes que comprometen la seguridad del ambiente hospitalario y de los datos sensibles almacenados en ellos. La retirada programada evita el riesgo de contaminación cruzada, la pérdida de información sensible y contribuye a la gestión sostenible de los recursos hospitalarios.
Antes de la retirada, es fundamental realizar un inventario completo de los equipos inactivos, identificando funcionalidades, estado físico y posibilidad de reutilización o reciclaje. La evaluación debe seguir las normas técnicas de acuerdo con la Ordenanza Nº 2.073/2017 del Ministerio de Salud, que orienta sobre la gestión de residuos de los servicios de salud.
La desactivación física y el transporte deben realizarse de acuerdo con las normas de seguridad y la integridad de los dispositivos. Los equipos que contengan información digital deben someterse a rigurosos procesos de sanitización de medios electrónicos para evitar la fuga de datos o su recuperación no autorizada, tal como lo recomienda el Art. 154-A del Código Penal y los lineamientos de la Gerencia de Seguridad Institucional (GSI).
Después de la retirada, los equipos deben ser dispuestos de acuerdo con los criterios establecidos por la CETESB y la Política Nacional de Residuos Sólidos (Ley 12.305/2010), priorizando la reutilización cuando sea posible y, en caso contrario, el reciclaje o la disposición ambientalmente adecuada.
Es fundamental contratar servicios especializados para la recolección y disposición final, garantizando la sostenibilidad del proceso. Para la recolección segura de los equipos electrónicos, se recomienda programar la recogida de residuos electrónicos, que garantiza el cumplimiento ambiental y normativo.
El incumplimiento de las normas relativas a la retirada y eliminación de los equipos médicos inactivos puede acarrear sanciones administrativas y judiciales previstas en el Decreto nº 7.404/2010 y en el Código Ambiental Brasileño. Además, las fallas en el tratamiento de los datos almacenados en estos equipos violan la Ley General de Protección de Datos Personales (Ley Nº 13.709/2018), destacando la necesidad de un estricto control durante el proceso.
La remoción programada de equipos médicos inactivos debe ser planificada y ejecutada con enfoque en la legalidad, la seguridad de la información y la preservación del medio ambiente. La adopción de buenas prácticas técnicas, aunada al cumplimiento de la legislación federal, garantiza la sustentabilidad y responsabilidad de las instituciones de salud frente a sus grupos de interés.
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